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Es más: agradezco tu opinión, siempre que la formules con el debido respeto. Aunque discrepes de mis ideas, sé que te preocupan los mismos problemas que me preocupan mí. Esos problemas que acechan a España y a los que entre todos hemos de encontrar solución, si queremos evitar que el barco se hunda.

Thyratrón de Argón

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Memoria Histórica: D. Félix de Azara


Este verano he visitado la exposición que, conmemorando el bicentenario del nacimiento de Charles Darwin (Febrero de 1809), está teniendo lugar en el Museo Nacional de Ciencias Naturales. Fuera de todas las trasnochadas polémicas sobre evolucionismo y creacionismo, confieso que, desde siempre, me ha interesado la historia de los descubrimientos en el campo de las ciencias naturales: cómo han surgido las teorías que luego han resultado contrastadas por los hallazgos en el campo de la ciencia positiva; cuáles han sido las anécdotas que, muchas veces de forma casual, han servido para hacer avanzar el conocimiento científico; qué ambiente social y político ha constituido el caldo de cultivo en el que han tenido lugar los principales descubrimientos, etc.

Así, en la muestra citada, me he sorprendido con dos hechos cuya realidad desconocía y sobre los que me he visto impulsado a investigar.

El primero de ellos corresponde a algo que ha sucedido muchas veces en el campo de los descubrimientos científicos. Me refiero a lo que podríamos llamar la “madurez socio-científica” y que ha hecho que muchas veces el nivel alcanzado socialmente en algún tema origine que un determinado descubrimiento caiga “como breva madura” o, en otras palabras, que el nivel de conocimientos preexistente devengue de forma natural y obligada en el hallazgo de algo nuevo, trascendental y revolucionario.

Los grandes descubrimientos, y los científicos no constituyen una excepción, son siempre el resultado de la necesidad cubrir un vacío o explicar un hecho contradictorio en la teoría vigente en ese momento. La necesidad de cubrir ese hueco estimula a la comunidad científica en su conjunto y, en particular, inquieta a los científicos concretos que, teniendo el nivel de conocimiento suficiente para identificar los puntos débiles de la teoría, son capaces de iniciar una búsqueda que es, de hecho, una especie de carrera individual por llegar a llenar ese vacío. Está claro, por tanto, el punto de partida, la pieza perdida o que no encaja en el puzle y esa identificación de qué es lo ignoto, que suele ser compartida por varios científicos simultáneamente.

Los ejemplos son abundantes en todos los campos del conocimiento: hay quien sostiene que el descubrimiento de América se hubiera realizado igual, 10 años arriba o abajo, aunque no hubiera existido Colón ni los Reyes Católicos se hubieran prestado a financiar la empresa. Hubiera sido otro navegante y, tal vez, otro reino europeo, pero el impulso económico por encontrar una ruta hacia Cipango y la tecnología necesaria para la navegación estaban ahí para propiciar un descubrimiento que se hubiera producido de todas maneras.

En temas tecnológicos o de ciencia aplicada se han dado también casos curiosos. Por ejemplo en el campo del diseño y la consiguiente formulación simultánea de patentes de productos idénticos, por parte de personas alejadas geográficamente y que ni siquiera se conocían. Sirva como ejemplo la invención del teléfono atribuida al escocés naturalizado norteamericano, Alexander Graham Bell, que lo patentó en 1875. Hoy nadie discute que, algún tiempo antes (1860) el también científico italiano Antonio Meucci ya había desarrollado un invento similar, aunque la falta de consideración de las posibilidades prácticas del mismo o tal vez su precaria situación económica, le impulsaron a no patentarlo.

Todo esto me sirve para explicar que hoy ya se sabe que la teoría de la selección natural y la evolución de las especies, que todos asignamos a Darwin, fue postulada simultáneamente por otro excéntrico naturalista británico llamado Wallance. Pero lo más sorprendente, y esto ha sido mi segundo gran descubrimiento en la exposición, es que 50 años antes, un militar oscense llamado Félix de Azara (Barbuñales, 18 de mayo de 1746) publicó un libro titulado “Viajes por la América Meridional” en el que ya formulaba algo parecido a lo que Darwin y Wallace dieron más tarde a conocer al mundo.

Azara, teniente coronel de ingenieros, recibe en 1781 la orden de desplazarse a Brasil para fijar conjuntamente con los comisarios portugueses, y con arreglo al Tratado de paz de El Pardo (1778), la línea de demarcación de las posesiones respectivas de ambos países.

Los ingenieros españoles integrantes de la Comisión terminaron con diligencia las operaciones de que estaban encargados, pero como los portugueses, para la ejecución estricta del Tratado, se veían obligados a abandonar parte del territorio que controlaban, procuraron diferir cuanto les fue posible la terminación de sus operaciones a fin de eludir el cumplimiento de su compromiso. En esto se vieron amparados por la negligencia o connivencia culpable de algunas autoridades españolas. El mismo D. Félix de Azara relata en su obra: “”… se me ordenó marchar lo más pronto posible a la Asunción, capital del Paraguay, a fin de hacer los preparativos necesarios y esperar a los comisionados portugueses… como yo comenzaba a estar al tanto de su manejo (se refiere al virrey español) y veía que en lugar de trabajar para la fijación de los límites no quería más que prolongar dicha operación hasta el infinito, por sus dilatorias, consultas a la corte y pretextos fútiles y ridículos para impedir la ejecución, pensé sacar el mejor partido posible del largo tiempo que me iban a proporcionar estos retardos.””

Así, Azara, durante los casi trece años que duró el “si pero no”, decidió no perder el tiempo y emprendió, a su costa, un gran número de largos viajes por todas partes de la provincia del Paraguay y de la Patagonia, realizando una enorme cantidad de levantamientos cartográficos y observaciones sobre la flora y la fauna de la zona. Más tarde, al ser nombrado jefe de la frontera este (con el Brasil), continuó sus exploraciones también en ese área.

De sus trabajos cartográficos, que quedaron propiedad de la corona, he podido leer alabanzas por parte de las autoridades de países iberoamericanos, habiendo siendo editados sus cartas y mapas incluso en el propio siglo XX. Como ejemplo, señalar que en 1904 R. R. Schuller publica la Geografía física y esférica del Paraguay, cuyo manuscrito original, por supuesto de Azara, se conserva en el Museo y Biblioteca de Montevideo.

Pero la obra que nos interesa, los cuadernos con sus observaciones de la naturaleza, se editó en Francia en 1805 (cuatro años antes del nacimiento de Darwin), pues como aun sucede en nuestra patria, el interés por los temas científicos era también entonces muy escaso. Así se lamenta Azara en carta dirigida a su editor-traductor francés M. Walckenaer: “”… no espero verla estimada en mi país, donde el gusto por las ciencias, y sobre todo por la Historia Natural, está absolutamente dado de lado…””

Entre las cuatrocientas cuarenta y ocho especies que describe Azara hay unas doscientas nuevas, de las que ningún naturalista ni ningún viajero habían hablado antes. Además incluye un gran número de especies de las que da descripciones mucho más exactas que las que entonces se disponían. En suma, se trata de la obra de un hombre meticuloso, tozudo, observador y disciplinado. No obstante, Azara conocía sus limitaciones y su falta de formación como naturalista. Por ello, su obra es fruto de una incansable y continuada autorevisión. A este respecto, su editor francés dice de él: “”no hay hombre más dulce, más modesto y más alejado del empaque científico, más pronto a dudar y más apresurado a retractarse cuando cree que se equivoca””.

Es casi seguro que Darwin, que cita reiteradamente en sus obras a Azara, llevaba consigo un ejemplar de “Viajes por la América Meridional” durante el viaje de maduración de su teoría, ya que gran parte del periplo del Beagle (el barco en el que viajaba el naturalista británico) se desarrolló por las mismas áreas en las que trabajó Azara.

Es una pena que, en este como en otros temas, personas cuyo trabajo bien hecho ha sido importante para el desarrollo de la ciencia y verdaderos precursores de conocimientos hoy indiscutibles, hayan sido borrados de la memoria histórica por el único delito de pertenecer a un pueblo que no sabe apreciar la excelencia de alguno de sus hijos.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Camino de Santiago (tramo Segovia - León)

Por si a alguien pudiera interesar, he puesto en limpio mis notas de las diez etapas del Camino que junto con un compañero de fatigas, realizamos el pasado mes de Abril. El propósito inicial era arrancar desde Cercedilla, pero la gran nevada que cayó los días anteriores al inicio de la marcha desaconsejaron el paso del puerto de Fuenfría en esas condiciones ya que hubiera sido necesario emplear material de montaña que constituiría un lastre inútil el resto del trayecto.Este camino, entronca en Sahagún con el popular camino francés.

1. Partimos de la Hípica del Eresma, donde hemos pernoctado. Los dueños nos facilitan refugio, si bien nos indican que hace ya un par de años que el antiguo albergue ha sido sustituido por un bar y que a pesar de que así lo han informado a la asociación de los Caminos de Santiago, siguen apareciendo peregrinos que solicitan refugio. Nos acomodamos como podemos en los sofás del bar.
El primer tramo de unos dos kilómetros por carretera, nos lleva a Segovia, siguiendo la nueva canalización de traída de aguas paralela a la romana que terminaba en el acueducto. Atravesamos la ciudad, pasando en las proximidades del Alcázar y cruzando el Eresma alcanzamos, cerca de la Fuencisla, la carretera de salida de la ciudad hacia Zamarramala.

2. Segovia - Zamarramala- 3.1 Km
Este primer tramo es corto. El primer trecho es un descenso de la colina sobre la que se levanta la ciudad, sigue después un tramo de carretera que nos conduce en subida y casi en línea recta hasta Zamarramala.

3. Zamarramala - Valseca- 5.4 Km
Algo más largo que el anterior, este trecho discurre por pistas de tierra. Es prácticamente llano y recto.

4. Valseca - Los Huertos- 4.0 Km
Parecido al anterior pero con algún desnivel algo más acentuado, también discurre por rodadas de tierra. El pueblo no aparece hasta que lo tenemos a nuestros pies. Se accede al mismo por su solitaria iglesia parroquial, tras un suave descenso.

5. Los Huertos - Añe- 8.9 Km
En Añe, nos encontramos un albergue destartalado (las antiguas escuelas del pueblo). Las llaves no aparecen. No hay calefacción y al principio, tampoco luz eléctrica. El único bar (teleclub), permanece cerrado ya que sus dueños viven en Segovia. Una vecina nos vende una barra de pan congelado, con la que improvisamos un bocadillo. La iglesia y el ayuntamiento están cerrados, por lo que tampoco podemos sellar la cartilla.

6. Añe - Pinilla- 5.8 Km
De Añe se sale por un andadero cementado que desemboca en la carretera de Armuña, la cual se toma a la derecha y tras pasar el río Moros se toma un ramal a la izquierda que se dirige directamente a Pinilla - Ambroz.

7. Pinilla - Santa María la Real de Nieva- 5.0 Km
Pinilla es una diminuta aldea en la que, probablemente, su Iglesia Parroquial destaca más que todo el pueblo. Y es precisamente desde muy cerca de la misma por donde sale el Camino de Santiago. Ya cerca de Santa María la Real de Nieva cruzamos por primera vez la vía del AVE (a lo largo de la ruta nos vamos a topar varias veces con esta infraestructura).

8. Santa María la Real de Nieva - Nieva- 2.2 Km
Por fortuna la iglesia está abierta y podemos contemplarla por dentro, sellar la cartilla, aprovisionarnos en una tienda y tomar un refrigerio.
Un ligero descenso a la salida de Santa María la Real de Nieva, nos introduce en el llano y por un camino de tierra paralelo a la calzada, se llega hasta la población de Nieva, localidad que se divisa desde el mismo inicio de este tramo.

9. Nieva - Nava de la Asunción- 10.1 Km
De Nieva se sale por la carretera de Nava, pero muy pronto, justo antes de cruzar el arroyo Balisa, se toma un ramal a la derecha que se dirige a unos pinares. Más tarde, el camino se encuentra con la línea del ferrocarril, que toma como referencia y paralelamente a la misma, nos conduce hasta Nava de la Asunción. El perfil es completamente llano, la ruta está bien señalizada y no ofrece ninguna dificultad. Solo hay que destacar el aguacero que nos alcanza en las proximidades de la ciudad y que hace que la mitad del grupo pierda la senda señalizada.

10. Nava de la Asunción - Coca- 10.2 Km
En este recorrido, tomamos inicialmente la carretera porque pensamos que resulta más corta, aunque pronto nos salimos a la derecha yendo a topar con la infraestructura del AVE, teniendo que volver de nuevo a la carretera, cruzándola y tomando un camino a la izquierda. Llegados finalmente a Coca, pernoctamos en un albergue de dos plantas que cuenta con tres habitaciones, parece que se trata de la antigua casa de los maestros.

11. Coca - Alcazarén- 23,4 Km
Desde la salida se toma el conocido "Camino Real", que une las poblaciones de Coca y Alcazarén directamente. No es preciso cruzar el río. Todo el trayecto es por la margen derecha del mismo, de forma que siempre va a la izquierda del caminante, con semejante referencia es imposible perderse. Progresamos siempre en dirección Norte. La mitad del recorrido es entre pinos y la otra entre campos de cultivo, donde la vista se pierde en el llano horizonte. Después de un corto tramo por carretera (CL-602), salimos por la izquierda al encontrarnos con el río Eresma, que cruzamos por el puente antiguo y seguimos durante un trecho por su margen derecha. Allí nos pilla un fuerte chaparrón, justo al dejar la compañía del río, que se desvía a la izquierda mientras que nosotros seguimos recto hacia Alcazarén. Desde la referida carretera hasta el final de la etapa hay seis kilómetros u hora y media de camino, que es lo mismo. En Alcazarén dormimos en la Casa del Cura, lugar bastante destartalado, tal vez un poco siniestro, por el estado de abandono en que se encuentra, debido a que según nos informan está a punto de inaugurarse un albergue completamente nuevo.

12. Alcazarén - Valdestillas- 15.8 Km
Este tramo es el recorrido más largo de la jornada, tres largas horas tienen la culpa. Es casi llano y en su mayor parte discurre entre pinares. Está bien señalizado y no es fácil perderse, ya que las referencias son inequívocas. A pesar de que el peregrino no encontrará el menor servicio hasta Valdestillas, el trecho no se hace pesado ni monótono. En esta población un nuevo aguacero nos recibe a las puertas del pueblo y, un poco más allá, cerca de la estación el asador Teodoro, nos acoge con un más que decente plato del día y, de regalo, una tortilla ente pan y pan, que nos servirá de cena cuando leguemos a Puente Duero.

13. Valdestillas - Puente Duero- 8.9 Km
Tras superar las vías del tren por el paso subterráneo, la ruta se desvía hacia la derecha para tomar andaderos, cuya traza va siempre paralela a la calzada.
Las sendas, un tanto desdibujadas, ocasionalmente hay que intuirlas o adivinarlas, pero no ofrecen demasiadas dudas, ya que siempre van pegadas a la carretera, que en línea recta conduce hasta Puente Duero.
Este tramo también es llano pero siendo casi la mitad más corto que el anterior, se hace largo y pesado. A la mitad, una granizada nos despierta de la monotonía del camino. Al llegar a Puente Duero conocemos a Arturo, su albergue y su asociación (Ajava = Asociación Jacobea Vallisoletana). El albergue es una antigua casa prefabricada propiedad del ayuntamiento, antaño habitada por gitanos, que Arturo se ha encargado de rehabilitar con evidente dedicación y buen gusto. Este hombre, antiguo trabajador de FASA habla con fervor de su asociación, luchando contra viento y marea (a veces incluso “contra Madrid”) por potenciar y mantener el camino a su paso por la provincia de Valladolid. A medida que hemos ido atravesando “su territorio” nos lo hemos imaginado, en persona, pintando flechas amarillas por doquier. En fin, nos llevamos un agradable recuerdo de Arturo y su causa.

14.Puente Duero - Simancas- 5.9 Km
Es de destacar el paso por el puente sobre el gran río castellano y, posteriormente, por el no menos impresionante viaducto sobre el Pisuerga, para alcanzar la histórica villa de Simancas. Este tramo quedará grabado, de un modo imborrable, en nuestra memoria no solo por el paisaje sino también por el castillo y la magnífica iglesia románica que tuvimos oportunidad de visitar acompañados por una empleada de la oficina de turismo de la localidad.

15. Simancas - Ciguñuela- 6.2 Km
Este tramo, cuyo inicio situamos al mismo pie de la fortaleza de Simancas, discurre en casi su totalidad por un amplio camino carretero de concentración. El perfil es un suave descenso en línea recta hasta una fuente, que hace de punto de inflexión para iniciar un prolongado y no muy fuerte ascenso hacia Ciguñuela.

16. Ciguñuela - Wamba- 7.3Km
Ciguñuela se abandona por la parte más occidental de su núcleo urbano y en ascenso hacia a una nueva meseta. Nos sorprende a la salida del pueblo un descomunal frontón que para sí quisieran muchas localidades navarras o vascongadas. Nos llama la atención que en un pueblo como este carente de población juvenil, alguien haya tenido la feliz idea de construir esa faraónica instalación deportiva. A partir de este punto, un amplio camino pedregoso, que se pierde en la lejanía de la llanura, es el que nos conducirá a Wamba.
Después de recorrer varios kilómetros, la señal nos obliga a dar un giro de 90º a la derecha y tomar un camino que desemboca en la carretera VA-514, la cual se coge a la izquierda y no se abandona hasta el final de este tramo. Wamba es una simpática localidad a la que se accede tras un agradable descenso por la señalada carretera. Tiene un horno de panadería y un bar donde podemos reponer fuerzas.

17. Wamba - Peñaflor de Hornija- 7.0 Km
La preciosa Iglesia de Wamba, que no hemos podido ver más que por su exterior, queda a nuestra derecha al tomar la carretera VP-5501 de Peñaflor de Hornija, pero a unos 100 metros una pequeña ermita nos indica que debemos tomar el camino de la izquierda. Un corto pero fuerte repecho nos eleva hasta la planicie de la meseta que precede a Peñaflor. El largo y cansino camino de herradura, que cruza la señalada llanura, nos va aproximando al núcleo de población que se dibuja en el horizonte. Pero dos considerables vaguadas son la sorpresa que debemos superar antes de pisar las calles del pueblo. El albergue es un cuartucho con un retrete, un lavabo y dos camas en la antigua biblioteca del ayuntamiento, hoy vacía de libros pero con diminutas sillas y pupitres de colegiales de antaño. En la pared, dos mapas de España: geográfico y político de finales de los años cincuenta, completan el mobiliario. La llave nos la entrega personalmente la alcaldesa.

18. Peñaflor de Hornija - Castromonte- 9.3 Km
Despedimos Peñaflor, templando las piernas en empinado descenso por la ladera norte del espolón. Un cruce de carreteras y enseguida un recto camino de monte a la derecha nos eleva hasta la altiplanicie. Tras recorrer unos kilómetros - siempre en línea recta - y superar una zona boscosa, divisaremos rápidamente en el horizonte la localidad de Castromonte, destacando en su perfil la esbelta torre de la iglesia parroquial.

19. Castromonte - Valverde de Campos- 7.6 Km
Este tramo obliga a tomar una decisión: o el suave descenso por el asfalto, o el rodeo por los mal señalizados caminos y cerros de la izquierda. Siempre huimos de las pesadas, peligrosas y monótonas carreteras, pero llegados a un cruce de caminos encontramos una confusa señalización sobre una rueda de tractor y otra flecha que señala la dirección contraria y que sospechamos que alguien ha podido mover. Tras un consulta al GPS y, por teléfono, a nuestro ángel protector (Arturo), nos decidimos por la carretera. En Valverde todo está cerrado: bar, club social, iglesia, así que decidimos continuar hacia Medina.

20. Valverde de Campos - Medina de Rioseco- 5.1 Km
Medina de Rioseco se encuentra a cinco kilómetros y es una línea recta, tanto si se va por carretera como si se sigue el trazado del antiguo ferrocarril que iba hasta Villalón de Campos. Al llegar a Medina, encontramos buena comida, hospitalidad (hospedería de las monjas clarisas), tiendas donde aprovisionarnos e incluso una original demostración de bandas de música que, sorprendentemente, compiten a trompetazo limpio en el interior de la iglesia de Santiago.

21. Medina de Rioseco – Tamariz de Campos- 12 Km
A la salida de Medina, seguimos el Canal de Castilla abandonándolo por la 7ª exclusa (a 7,5 Km de Medina) rumbo a Tamariz de Campos. Al llegar entramos en el pueblo por las ruinas de una iglesia románica, que según nos cuentan los vecinos, algunos han conocido aun en pié cuando eran pequeños. Una señora nos comenta que el retablo de la iglesia nueva y algunas de las tallas fueron enviadas a la catedral de Santander, donde permanecen. Según los vecinos, algunas de las piedras de la antigua iglesia, han sido reutilizadas en construcciones diversas realizadas en el pueblo.

22. Tamariz de Campos - Cuenca de Campos- 6 Km
Salimos por la carretera hacia la izquierda, avanzando hasta encontrar un camino a la derecha que nos lleva hacia Cuenca de Campos. Poco antes de llegar y a la vista del pueblo reponemos fuerzas. El albergue municipal es grande, limpio, moderno. Tiene capacidad para unas 35 personas, una cocina industrial, duchas, calefacción y hasta televisión. En el pueblo no hay tiendas, pero si dos bares, en uno de los cuales “Mesón la Cañada”, almorzamos. La dueña, Carmina, nos lee sus poesías y busca el diálogo con nosotros que venimos de fuera y podemos aportarle conversación y esas nuevas visones, que probablemente no encuentra en el rutinario mundo de las partidas de cartas de sus conciudadanos. Su agenda está repleta de los elogios de peregrinos que han tenido oportunidad de probar sus guisos. Como dato curioso, las partidas de cartas de la tarde son masculinas, pero por la noche sólo las mujeres, todas ellas de edad, llenan de órdagos el ambiente del mesón.

23. Cuenca de Campos - Villalón de Campos- 5.1 Km
De la misma traza que el anterior tramo, pero en este caso a la derecha de la carretera tomamos la pista del antiguo ferrocarril Valladolid-Medina, conocido como “tren burra” que fue desmontado en 1969. En el trayecto, nos encontramos con bancos, puentes de madera y algunos paneles explicativos de las aves del lugar. Llama la atención la limpieza que se aprecia en la zona, que contrasta positivamente con lo que hemos tenido que sufrir en etapas anteriores. Muy pronto las torres de las iglesias de Villalón y el propio silo de la localidad empiezan a dibujarse en el horizonte.

24. Villalón de Campos - Fontihoyuelo- 7.9 Km
Este tramo de casi ocho kilómetros, ligeramente ondulado, se inicia en la magnífica Plaza Mayor de Villalón de Campos, presidida por la majestuosa Iglesia de San Miguel y el incomparable Rollo de Justicia. No podemos dejar la ciudad sin probar el magnífico queso que lleva su nombre

25. Fontihoyuelo - Santervas de Campos- 6.9
Este trecho es parecido al anterior. Discurre por cañadas y prados con ligera ondulación. La vista se pierde entre los amplios campos de cereal. A la localidad de Santervas se accede tras cruzar un moderno acueducto y descender de un pequeño cerro hacia el valle que conforma el río Valderaduey, a cuya vera se encuentra la población. Este pueblo, que debe su nombre a una deformación del de San Gervasio, destaca por la iglesia parroquial, de estilo románico-mudéjar, en buen estado de conservación. Los vecinos se quejan de que la diócesis ha trasladado a otros lugares varias imágenes pero podemos ver un Cristo del que nos cuentan que fue encontrado con los pies quemados. El albergue es un magnífico caserón perfectamente acondicionado, con capacidad para unas 30 personas. Según nos indican era la casa de los “ricachos” del lugar y es hoy un centro social donde se reúnen los pocos habitantes del pueblo, juegan a las cartas, hacen karaoke, se conectan a internet, se cortan el pelo, etc. El pueblo carece de tiendas y, a falta de posibilidades de aprovisionamiento, somos obsequiados con algunas viandas.

26. Santervas de Campos - Arenillas de Valderaduey- 7.4 Km
Salimos de Santervas por la carretera que va a Melgar de Arriba, aunque a unos tres kilómetros aproximadamente la abandonamos para tomar una pista de tierra que sale a la derecha y nos conduce en línea recta hasta la localidad de Arenillas de Valderaduey. El tramo es llano y no ofrece la menor dificultad.

27. Arenillas de Valderaduey - Grajal de Campos- 5.9 Km
A la salida del pueblo hay una iglesia románico-mudéjar con ábside de ladrillo que se encuentra en proceso de restauración. Justo al lado hay una fuente y unos lavaderos de finales de los 40. En este punto cruzamos el Valderaduey y encontramos una bifurcación. Si seguimos de frente, como hacemos, un camino recto nos lleva a Villacreces, pueblo abandonado en los años 70, cuyas casas de adobe, prácticamente derruidas en su totalidad dan al pueblo una apariencia siniestra. La otra alternativa desde Arenillas, que es algo más corta, consiste en seguir por el camino que discurre paralelo al Valderaduey y en línea recta hasta Grajal de Campos, pueblo que es nuestro objetivo para almorzar.

28. Grajal de Campos - Sahagún- 5.0 Km
Los cinco kilómetros que separan Grajal de Campos de Sahagún, nos sirven para hacer la digestión de la comida. La carretera es llana y recta como una vela. No hay otra alternativa para alcanzar el Camino Francés. La calzada no soporta mucho tráfico, pero hay que estar atentos y circular por la izquierda. Las primeras naves y edificaciones de Sahagún, enseguida se dibujan al fondo, y aunque vamos pisando asfalto, el tramo no se hace largo. Pernoctamos en el Albergue Municipal, grande y bien dotado. Por primera vez en todo el recorrido desde Segovia, tenemos que compartir instalaciones con unos 15 peregrinos más de diversas nacionalidades.

29. Sahagún- El Burgo Ranero - 18 Km
Salimos de Sahagún por el "Puente de Canto" sobre el río Cea. Situados ya al otro lado del río, hacemos un tramo por un camino paralelo y muy cercano a la carretera, alcanzando un punto en donde se debe decidir entre dos rutas: o bien continuar por el camino principal, en cuyo caso no debemos cruzar la autovía y seguir de frente por una pista larga y monótona, en la que la Junta de Castilla y León se ha encargado de plantar árboles a su margen izquierdo; o bien, pasar sobre la autopista y después de atravesar Calzada de Coto continuando por la antigua calzada romana (Vía Trajana) hacia Calzadilla de los Hermanillos. Ambas pistas se vuelven a juntar en Mansilla de las Mulas. Nos decidimos por la Vía Trajana, recorriendo por el camino que pasa por Calzada de Coto los alrededor de 10 Km hasta Calzadilla, pueblo en el que visitamos su albergue y atravesamos sin que ninguna de las tres personas con las que hablamos nos advierta de lo que más adelante tuvimos que enfrentar y que no es otra cosa que unas obras de canalización de aguas que han cortado el camino, obligándonos a retroceder hacia El Burgo Ranero. Este hecho nos causa gran contrariedad ya que hemos realizado un tramo de carretera de unos 5 km desde Calzadilla totalmente en balde. En efecto, cuando a la altura del cementerio de El Burgo, enlazamos con la otra alternativa, resulta que nos quedan aún 9 Km hasta Reliegos (si el camino no hubiera estado cortado había 12 desde Calzadilla a Reliegos).

30. Reliegos- Mansilla de las Mulas - 8 Km
En Reliegos reponemos líquido y comemos lo poco que puede obtenerse en el único bar que permanece abierto (pincho de tortilla y un tomate). Bajo un sol de justicia reemprendemos la marcha por el camino que continua paralelo y muy cerca de la carretera. Nuestro objetivo es Mansilla de las Mulas, ciudad que finalmente alcanzamos pasadas las 7 de la tarde. Habíamos empezado a andar alrededor de las 7,30 de la mañana y el descanso en Reliegos fue de alrededor de una hora.
Fuimos los últimos en llegar al albergue que estaba prácticamente lleno de peregrinos de todas las edades y nacionalidades: franceses, británicos, holandeses, tres ciclistas alicantinos, etc. Las instalaciones de cocina nos permitieron ver variados alardes culinarios por parte de los peregrinos: ensaladas, grandes perolas repletas de espaguetis, arroces de todos los tipos etc. Nosotros también nos vengamos de las penalidades del día con una paella de marisco y una buena ensalada cuyos compontes tuvimos la fortuna de poder comprar mientras las tiendas de comestibles casi echaban el cierre.

31. Mansilla de las Mulas – León- 20 Km
Salida de Mansilla por el antiguo puente de piedra, que se encuentra a cien metros del refugio, a continuación se toma una pista agrícola en el margen izquierdo para evitar la carretera, y sin dejarla, se llega a Villamoros. Este pueblo se cruza por la carretera en dirección al puente sobre el río Porma. Se pasa Puente de Villarente, Arcahueja y Valdefuentes, donde irremisiblemente se juntan camino y carretera, para iniciar un ligero ascenso al alto del Portillo. A León se accede a través del barrio de Puente Castro y el puente peatonal que cruza el río Torio. A partir de este punto unas magnificas señales de bronce en forma de vieira, clavadas en el suelo, nos conducirán hasta el mismo pie de la Catedral, cuya visita es obligada, así como el “barrio húmedo”, paraíso de morcillas, cecinas y quesos sin par.

Abril 2009

domingo, 6 de septiembre de 2009

La Marcha Real. Himno Nacional de España



La primera mención que se conoce de La Marcha Real es de 1761 y se debe a Manuel Espinosa de los Monteros, que recoge su partitura con el título de “Marcha Granadera” o “Marcha de Granaderos”, sin que se tenga constancia de su autor.

Carlos III la declaró Marcha de Honor el 3 de Septiembre de 1.770, formalizando con ello la costumbre de interpretarla en actos públicos solemnes. La costumbre popular terminó la convirtiéndola en himno nacional, antes incluso de que lo fuera legalmente. Así, después del himno británico "God Save the King" (adoptado en 1745), la Marcha Real es el himno nacional más antiguo del mundo.

Su denominación como «Marcha Real» se debe a que se interpretaba en los actos públicos a los que asistía el rey o la reina. A pesar de su denominación “Real”, durante la 1ª República se mantuvo como himno nacional al igual que lo fue la bandera bicolor. Hasta nuestros días, la única excepción a su continuidad como himno nacional fue la 2ª República en que fue sustituido de hecho, que no de derecho como veremos después, por la marcha de Riego. Por su parte, en la zona nacional, la Marcha Real fue rehabilitada como himno nacional por Decreto del 27 de febrero de 1937, ratificado, una vez terminada la guerra, en el BOE de 17 de julio de 1942.
Resulta curioso que, durante la 2ª República, a pesar de considerarse el de Riego como himno oficioso, la Constitución de 9 de Diciembre de 1931, no especifica el himno nacional (sí lo hace con la bandera). Puede, por tanto, decirse que la 2ª República no derogó La Marcha Real (aunque, ciertamente, fue considerada anti-republicana).

La Constitución Española de 1978 refrendó la oficialidad del himno, regulándolo mediante tres Decretos: R.D. 1560/1997; R.D. 1543/1997 (adquisición por el Estado de los derechos de explotación de determinadas obras musicales) y R.D. 2027/1998 (aceptación por el Estado de la cesión gratuita efectuada por el maestro don Francisco Grau Vergara -coronel director de la Banda de música de la Guardia Real- de los derechos de explotación por la armonización, revisión y orquestación del himno nacional.

A pesar de la continuidad del himno en la historia española, hubo intentos para sustituirlo. Así, en 1870, tras la Revolución de Septiembre de 1868 (“La Gloriosa”), el general Prim convocó un concurso para crear un himno oficial. El jurado lo declaró desierto, por considerar que ninguna de las marchas presentadas superaba en calidad a la "Marcha Granadera”. En 1908, reinando Alfonso XIII, se establecieron como oficiales las armonizaciones realizadas por el maestro Bartolomé Pérez Casas, Músico Mayor del Real Cuerpo de Guardias Alabarderos, sobre la “Marcha Real”, y la “Llamada de Infantes”. Dado que después de la guerra civil, el Decreto de 17 de julio de 1942 no aportaba una partitura nueva, continuó vigente la versión del Maestro Pérez Casas. Es en 1997, cuando el Estado Español adquiere los derechos de explotación del himno que, hasta entonces, pertenecían a los herederos del maestro Pérez Casas (Real Decreto 1543/1997. Finalmente, tras el informe favorable de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, se aprobó la nueva versión de la "Marcha Granadera" encargada al ya mencionado maestro don Francisco Grau que, respetando la armonización del Maestro Pérez Casas, recupera la composición y tonos de su época de origen.

El origen del himno

Sobre su origen existen diferentes hipótesis, sin que se haya podido confirmar ninguna:

1. Tal vez pudo ser un regalo del Rey Federico Guillermo I de Prusia a su sobrina y ahijada María Amalia de Sajonia, con motivo de su boda con el Rey Carlos III en 1738.
2. En la década de 1980 se descubrió, en un archivo de Venecia, la que parece ser la fuente original. Se trata de una «llamada» militar, y es probable que date del siglo XVI. En la clasificación figuraba como «spagnola». Su sencilla morfología musical hace pensar que se interpretaba con flautas o pífanos, y la mayor parte de sus notas coinciden con las de la Marcha Real o Granadera. Este hallazgo se publicó en el diario ABC de Madrid. http://rapidshare.com/files/260695583/H_Nacional.mp3
3. Recientemente ha cobrado fuerza una nueva teoría según la cual el origen del himno podría estar en la obertura instrumental del movimiento Dary de la Nuba al-Istihlál atribuida al filósofo y músico árabe saraqustí (zaragozano) Ibn Bayyah (Avempace) de finales del siglo XI o principios del XII. http://www.webislam.com/?ida=216

Las tres teorías pueden ser, hasta cierto punto, compatibles entre sí. Así, el origen podría ser medieval (Ibn Bayyah); ese tipo de composición podría haber derivado a toque militar (la «spagnola») y, por qué no, el rey prusiano pudo haber encontrado una partitura antigua y habérsela regalado a Carlos III.
Pincha aquí para escuchar la versión instrumental oficial

Letras del Himno Nacional

La Marcha Real es uno de los poquísimos himnos que no tiene letra oficial, aunque sí ha habido intentos, a lo largo de la historia, de dotarle de letra. Son de reseñar los de Ventura de la Vega (1843) o la letra de Eduardo Marquina (1909). Aunque, entre todas, la más conocida es la de José María Pemán (1928), confeccionada por encargo del general Miguel Primo de Rivera y que, aunque nunca llegó a tener carácter oficial, se utilizó oficiosamente durante el gobierno de Franco.

¡Viva España!
alzad la frente
hijos del pueblo español
que vuelve a resurgir.

Gloria a la Patria
que supo seguir
sobre el azul del mar
el caminar del sol.

Triunfa España
los yunques y las ruedas
cantan al compás
del himno de la fe.

Juntos con ellos
cantemos de pie
la vida nueva y fuerte
del trabajo y paz.


Durante la Guerra Civil se decidió cambiar el segundo verso ("alzad la frente") por el más acorde a las circunstancias «alzad los brazos».

Más reciente es el intento de los escritores y poetas Juaristi, De Cuenca, Linares y Fonte (1998), después de que el entonces Presidente del Gobierno, José María Aznar, les manifestara su deseo de poner letra al himno español. La letra fue presentada al Gobierno, pero la falta de interés de las fuerzas políticas, hizo que el proyecto quedara aparcado.

Canta, España,
y al viento de los pueblos
lanza tu cantar:
hora es de recordar
que alas de lino
te abrieron camino
de un confín al otro
del inmenso mar.

Patria mía
que guardas la alegría
de la antigua edad;
florezca en tu heredad,

al sol de Europa
alzada la copa,
el árbol sagrado
de la Libertad.


No escarmentados aún por los fracasos de intentos anteriores, el Comité Olímpico Español (COE) propuso, en junio de 2007, la adopción de una letra para ser cantada en las ocasiones en que se interpretara el Himno Nacional por razones deportivas. De las diversas propuestas se seleccionó la de D. Paulino Cubero. La decisión se filtró a la prensa el 11 de enero de 2008, unos días antes del previsto para la toma de decisión oficial (21 de enero). Ante la situación de rechazo, tanto por parte de la sociedad como de la clase política, el COE intentó una recogida de firmas de medio millón, para presentar una iniciativa legislativa popular ante el Congreso, aunque posteriormente dio marcha atrás. La letra seleccionada decía:

¡Viva España!
Cantemos todos juntos
con distinta voz
y un solo corazón

¡Viva España!
desde los verdes valles
al inmenso mar,
un himno de hermandad.

Ama a la patria
pues sabe abrazar,
bajo su cielo azul,
pueblos en libertad.

Gloria a los hijos
que a la Historia dan
justicia y grandeza
democracia y paz


Otras letras menos conocidas

La Enciclopedia Álvarez fue uno de los libros de texto más difundidos tras la posguerra española, en la década de los años 50. Allí aparece esta letra:

Viva España
mi patria esclarecida
madre sin igual
compendio del honor.

Viva España
solar de noble vida
regio pedestal
de Cristo Redentor.

Fuiste de glorias
florido pensil
hoy reverdecen
a un impulso juvenil

Veinte naciones
coronan tu sien.
¡Arriba España!,
raza invicta es tu sostén.


Versión nº 2
Esta versión figuraba en algunos libros de texto (o en Cancioneros juveniles)también de los años 50.

Salve, salve, bandera de la Patria,
vida, amor y fe del español hogar.

Nueva aurora en tus colores brille
anunciando el sol de la España Imperial.

Luz, esperanza, amor, juventud,
España entera vuelve fuerte a despertar.

Vuelvan los siglos de gloria y valor
por el solar hispano con paso triunfal

Versión nº3
Esta versión, probablemente, se dedicó a la Exposición Universal de 1929 en Barcelona, ya que este fue el primer gran acontecimiento después de que, hacia 1921, unos argentinos hubieran acuñado el concepto de Hispanidad, y se hubiera fijado el 12 de Octubre, día del Pilar, como día de la Hispanidad.

Viva España unida desde el alba
en el gran quehacer; destino de español;

Veinte naciones en un mismo ser
para llevar al orbe fe, hidalguía y sol.

Roja y gualda, bandera de la Patria.
Heroísmo y fe te hicieron inmortal.

Alta tu historia por siglos ya fue;
hoy su vanguardia y gloria son nuestro ideal

Versión nº4
De la posguerra, cuando se intentaba desarrollar el concepto de Hispanidad desde España.

¡Viva España! La patria de Numancia
decidió morir y España es inmortal

¡Viva España!, repiten veinte pueblos
que al hablar dan fe del ánimo español

Flandes fue noche, Lepanto otro sol.
Sigue su curso el río sin volver atrás.

Patria, mil muertes suframos por ti.
Somos el cauce abierto a tu inmortalidad.

Versión nº5
De la posguerra al igual que la anterior, evocando el concepto de Hispanidad.

¡Pide, España!. Tu nombre llevaremos
donde quieras tú, que honrarlo es nuestra Ley

¡Manda, España! Y unidos lucharemos
porque vivas tú sin tregua, pueblo y rey

Una bandera gloriosa nos das
¡Nadie, viviendo España, nos la arrancará!

Para que un día nos pueda cubrir
¡Danos, España, el gozo de morir por ti!

¡Viva, España!. Del grito de la Patria
la explosión triunfal abrió camino el sol

¡Viva España! Repiten veinte pueblos,
y al hablar dan fe del ánimo español.


Soy de los que creen que nuestro himno debería tener una letra oficial. Más que nada porque nos encontramos, como nación, muy faltos de estímulos sentimentales que propicien esa espontánea adhesión, casi mágica, de quien se siente pertenecer a un proyecto que hunde sus raíces en la historia pero que fundamentalmente se proyecta de forma sugestiva hacia un futuro en común.

El cantar une, enardece a los timoratos, trasmite sentimientos y, lo que es más importante, hace que cada uno atempere su ritmo y su voz a la de los demás lo que, en mi opinión, expresa una renuncia de la individualidad en aras de lo colectivo. Creo que esto resulta esencial en estas horas tan tristes de disolución y de individualismo sin límites.

Este trabajo, corresponde a un resumen de las aportaciones publicadas por diferentes socios del “Foro de Historia Naval de España”, complementadas con mis propias anotaciones. En general, sus autores mencionan las siguientes fuentes:
- Enciclopedia Espasa
- "Alegres soldados", de Alfredo González Díaz http://www.alegressoldados.es/index.php?p=2
- Cancioneros juveniles de los años 40 y 50 (varias versiones)
- Wikipedia
- Webislam
Por mi parte, he consultado también las siguientes páginas web:
http://www.la-moncloa.es/Espana/ElEstado/Simbolos/Elhimno.htm
http://www.juntadeandalucia.es/averroes/concurso2004/ver/01/culturandaluza/4avempace.htm
http://www.laguia2000.com/espana/el-himno-nacional-espanol

viernes, 21 de agosto de 2009

In God we trust

Ahora que hay tantos datos económicos negativos y que todo el mundo estamos preocupados por la pérdida de valor de nuestros ahorros de toda la vida; de aquellos esfuerzos del trabajo condensados que nos permitirían afrontar el último tramo de nuestra existencia con la tranquilidad de saber que no nos faltaría un tazón de sopa caliente, con independencia de la anunciada quiebra de los sistemas de previsión social colectiva. Ahora, digo, se da uno cuenta de que lo ahorrado con tanto esfuerzo durante años y años, con el objetivo de no resultar una carga social o familiar en un futuro cada vez más cercano, puede perder de golpe un 40, un 50 % o, incluso, la totalidad de su valor.

Los que nacimos a finales de la primera mitad (o al inicio de la segunda) del pasado siglo creo que hemos sido injustamente tratados por el devenir de los tiempos. En nuestra infancia y juventud, si bien gozamos de una sociedad mucho más auténtica y más asentada en valores transcendentes que la de los jóvenes de hoy, tuvimos sin embargo una carencia generalizada de “goces materiales”. Me refiero a juguetes, alimentación, viajes, posibilidades de realizar una vida independiente ...

Los albores de nuestra época adulta, coincidió con el gran despegue económico y social de España. También ahí nos pintaron en bastos: trabajo, esfuerzo, jornadas interminables, letras para comprar el coche, el frigorífico, el apartamento… letras, letras, letras.

No hace tanto tiempo, antes de nuestra entrada en el Euro, nuestros billetes en pesetas estaban adornados por aquella leyenda que rezaba:” El Banco de España pagará al portador la cantidad de… 1000 pesetas “.

Esa cantinela daba cierta seguridad, en el sentido de que era presumible que en caso de necesidad te podías acercar a la Cibeles, entrar en el banco y exigir que te pagaran conforme a lo que aquel papel decía. Ahora ¿Cuánto vale un billete de 20 Euros? En ninguna esquina del billete dice nada sobre quien responde de su valor. Es más, en realidad, el billete de 20 euros puede valer 20 céntimos, que posiblemente es incluso más de lo que cuesta fabricarlo, y eso en el supuesto caso de que, si vienen mal dadas, alguien esté dispuesto a pagar esa cantidad por él.
Así, nos damos cuenta de que todo el sistema económico está basado en el dinero, ese producto etéreo, creación de la mente humana que, la mayor parte de las veces no es sino un apunte en un papel, ya sea éste un billete o, una anotación bancaria. Hoy en día, con la existencia de los sistemas informáticos bancarios, ese apunte es aún menos: tan sólo es un conjunto codificado de ceros y unos soportados en las memorias digitales de los grandes sistemas.

Aunque solo sea por razones tan materialistas como la de dar soporte al valor del dinero, responder del valor asignado a cada cosa sobre la base de un conjunto estructurado de reglas generalmente aceptadas (es decir aceptadas por la generalidad de los hombres), la sociedad humana se ha visto necesitada de la existencia de Dios. Necesitamos estar seguros de que el billete verde de dólar tiene un valor y por eso todos admitimos como garantía el “in God we trust” (en Dios confiamos) que figura en los billetes.

Pero, ¿Qué pasaría si de repente nadie confía en la economía?¿Qué pasa si en un instante todos los billetes se convierten en papel mojado y todas las anotaciones en cuenta sufren un repentino emborronamiento?

Sin querer ser catastrofista, puedo decir que algo así es lo que en la realidad actual está sucediendo al amparo del tambaleante modelo social capitalista en que vivimos. Una cosa que hasta ayer valía 100 - perdón: se le asignaba el valor de 100, es decir, todo el mundo admitía que ese valor lo representaba bien -, porque eso era lo que alguien (en el mercado) estaba dispuesto a pagar por ella, resulta que ahora vale 80. ¿Y por qué vale ahora 80? Obviamente, porque nadie está dispuesto a pagar 81 y, lo que es peor, es posible que mañana nadie pague tampoco 80.

En la sacralización del mercado y de sus leyes, hemos llegado a confundirlo con Dios y por ello, confiar en el mercado ha llegado a ser equivalente a estar seguro de que éste, como Aquel, era algo racional, justo, digno de confianza y representativo del valor de las cosas. “Dejad operar al mercado, él es sabio y sabrá poner cada cosa en su lugar. No toquéis nada, no intervengáis, dejadle operar libremente” nos dicen los liberales.

Pero donde ya todo llega al paroxismo es cuando los estatalistas (o socialdemócratas) descubren que para hacer churros sólo se necesita tener máquina y se lanzan, sin pasta alguna, a producir buñuelos de viento. Ahogan a todo el mundo con cheques multicolores en cuyo reverso cabe imaginar que puede leerse “En Zapatero we trust”. Y sus continuas cagadas, fruto de la improvisación y la falta de rumbo, las van tapando con otras mayores (más papeles de colores). Es algo así como lo que nuestros hermanos argentinos dicen de los andares del pato de la Patagonia: “una pisada, una cagada. Una pisada …”

Y así, de repente, llegará el momento en que todos despertemos y caigamos en la cuenta de que las cosas no valen en realidad lo que hemos venido diciendo que valían. El papel, que “lo aguanta todo”, ha hecho crecer la riqueza de una manera ficticia, como una inverosímil bola de nieve que, ladera abajo, arrasa ahora en su caída toda la confianza individual y colectiva en el sistema, dejando entrever una realidad aún peor que la misma realidad “real”: ya no confiamos en nada, ni siquiera en Dios.

viernes, 30 de enero de 2009

Papá: ¿Por qué somos del Atleti?

Vaya por delante que no soy aficionado al balompié y que jamás he asistido como espectador a un campo de fútbol. Si he visto, por la televisión, algunos partidos de la selección nacional española, más por fervor patriótico que por afición a ver correr por el campo a 20 tíos medio en pelotas, dispuestos a pegar zapatazos a diestro y siniestro e incluso, alguna vez, al propio balón.

Me he sentido obligado a escribir el párrafo anterior para que todo aquél que pensaba que iba a decir algo de fichajes, de lo mal que se portan los árbitros o de los millones que se piden por tal o cual jugador, tengan excusa para abandonar de inmediato estas líneas sabiendo que no se pierden nada que les pueda interesar. De este modo ganaremos todos: ellos porque se ahorrarán el pequeño esfuerzo que significa la lectura y yo porque no me sentiré traidor a sus expectativas.

Esta breve reflexión viene al hilo de un anuncio que pudimos ver, ya hace algún tiempo, por la televisión. En una sociedad en la que el triunfo -ya sea en el trabajo, en las finanzas, en el amor, etc. - es imprescindible para lograr la felicidad, un niño se pregunta y pregunta a su padre, por qué han elegido mal. Por qué no puede presumir, como lo hacen otros niños, del golazo que metió Pepé, Cacá o Lulú, o del paradón que hizo Cuadrillas ante el disparo envenenado de tal o cual delantero del equipo contrario.

Esa tristeza de no ser como los demás, cuando significa ser tratado de manera inferior o inhumana, es similar al sentimiento que podemos predecir en el niño del pijama a rayas, o en aquel negrito de Soweto de los tiempos del apartheid, que sentía en sus carnes el amargor de la segregación racial.

Pero esto de ser del Atleti hay veces que no sólo no es negativo, sino todo lo contrario, denota un marchamo de calidad. Que se lo pregunten a la actual número tres del PSOE, Leire Pajín Iraola, hija de José María y Maite, que con la leche tibia de sus primeros biberones, recibía también el fluido ideológico de la más pura ortodoxia socialista.

En eso tan cursi que llamamos los países de nuestro entorno, los lugareños (vulgo ciudadanos) vigilan con el rabillo del ojo lo que hace el partido en el gobierno y, en función del resultado de esa vigilancia, deciden a quién votarán en las siguientes elecciones. Es decir, se parte de que la idea o el programa triunfante son buenos y únicamente se constatan los resultados prácticos del ejercicio del poder, para confirmar o rectificar la dirección de la política nacional.

En este sentido, se presupone que el elector es libre y capaz de evaluar, conforme a sus propias creencias personales, los resultados y la magnitud de los retos a los que se ha enfrentado el gobierno y, en un ejercicio de objetividad, decidir a quién otorga su confianza.

En España esto no ocurre así. Nadie dice que votará a tal o cual partido porque lo cree más oportuno para afrontar los retos del futuro inmediato, sino que se dice “yo soy de izquierdas” (mucho menos frecuente es oír “yo soy de derechas”, aunque a los efectos de mi razonamiento da lo mismo). Y “ser de izquierdas” significa que no hay que darle más vueltas, que todo lo que haga un gobierno que se autocalifique de izquierdas (aunque ni siquiera lo sea) está bien y por tanto, yo le seguiré votando.

Ni que decir tiene que el partido triunfador, una vez en el gobierno, ya se ocupará de simplificar todo lo posible para que el votante no tenga siquiera que hacer el esfuerzo de preguntarse si el receptor de su voto está ejecutando una política de izquierdas (o de derechas, en su caso). ¡A mí que no me mareen con complicadas disquisiciones, yo soy de izquierdas y punto! ¿No querrán que preocupe de enterarme que es lo que piensan hacer? Si son de izquierdas, son de los míos.

Llegados a este punto, nos podríamos preguntar: “Si cada persona vota siempre al mismo partido, con independencia de lo que haya hecho en, o con, el poder, ¿Por qué no gana siempre el mismo partido?” Buena pregunta. Sólo hay una explicación para el cambio político: que suceda algo que haga que todos los potenciales votantes de una opción se movilicen y vayan a votar el día de las elecciones, mientras que los de la otra opción se “acongojen” y no vayan. Creo que sobran ejemplos.

martes, 20 de enero de 2009

El discreto desencanto de la burguesía

Poco a poco, va calando en nuestra sociedad una sensación de frustración. Tal como hace unas semanas el periódico británico The Times dijo en un titular: “España: La fiesta se acaba” (6 de Diciembre de 2008).

Y parece ser verdad. El modelo español de desarrollo económico: ladrillo, turismo y consumo, está en crisis. Lo que hasta anteayer funcionaba hoy ya no lo hace y el cambio de la situación nos coge, como siempre, desprevenidos. Lo llevamos en los genes. Planificar, prever el futuro y tratar de modificarlo si no nos conviene, no es algo que nos resulte familiar. La acción de prever es tan poco común para nuestra idiosincrasia, que hasta algunos de nuestros políticos dicen y escriben preveer, en su lugar.

Se percibe, en prácticamente todos los ámbitos, una sensación de desencanto. Y no es para menos. Mientras el paro crece día a día, las variables económicas han sufrido un giro de 180 grados. De superávit en las cuentas públicas a déficit; del crecimiento sostenido del PIB a recesión; los ahorros de los españoles esfumándose, las viviendas construidas no se venden, los coches no se venden, las fábricas reducen la producción, el pequeño comercio cierra, las grandes empresas hacen expedientes de regulación de empleo…

El Gobierno enloquece y comienza a regalar dinero a diestro y siniestro, sin una idea clara de hacia dónde nos llevan sus planes -si es que en realidad los tiene- y sin establecer ninguna condición sobre en qué ha de emplearse el dinero de todos que tan alegremente distribuye. Los Presupuestos Generales del Estado quedan obsoletos desde el mismo momento de su aprobación. Nadie sabe cuál va a ser el nivel de endeudamiento del Estado español en 2009; nadie sabe cuándo amainará la crisis; nadie sabe nada…

Todo el mundo se agita, todo el mundo opina… Falta una voz, alta y clara que ponga orden en este estado de cosas y haga remar a toda la tripulación en el mismo sentido y al mismo tiempo. ¿Estará esa voz en la denominada oposición? No voy a contestar, porque lo creo innecesario. La oposición bastante tiene en dejar de apuñalarse los unos a los otros. No, la solución no puede venir del mismo sistema que ha creado la mayor parte de los problemas que nos aquejan. La solución tiene que surgir de la propia sociedad, de lo que viene llamándose la sociedad civil (¡vaya nombre!).

Bien, la crisis ya está aquí y ahora solo queda lamentarse. ¿Sólo? Yo creo que el futuro no es tan malo. Se trata simplemente de cambiar de modelo económico y social. Otra cosa es que haya voluntad y/o capacidad de hacerlo. Aquí como para el perdón de los pecados son necesarios el reconocimiento de la culpa, el arrepentimiento y la promesa firme de no volver a caer. ¿Estoy pidiendo un milagro? Creo que sí, pero a pesar de todo insisto en que es posible.

La presentación de la crisis ha sido fulminante, realmente violenta. La salida no va a ser tan inmediata. Sin embargo, es muy importante comprender que de lo que hagamos ahora y de cómo lo hagamos dependerá si salimos como unos parias o como una potencia de primer orden. Nadie nos va a ayudar porque todos tienen problemas al mismo tiempo. Así que la salida hemos de buscarla con nuestro esfuerzo. Trabajando duro y desde los cimientos. No pretende esta meditación constituir un programa detallado de actuación, pero no puedo resistirme a enunciar las acciones -todas ellas con un objetivo de largo plazo- que, por evidentes, corresponde tener en consideración.

a) Educación. Imprescindible para abordar un futuro prometedor. Hay que cambiar muchas cosas en este ámbito. Desde el punto de vista de la educación en valores, es necesario resucitar e inculcar a nuestros estudiantes las ideas-fuerza capaces de servir de palanca en el proceso de transformación de la sociedad. Esfuerzo, respeto a ellos mismos y hacia el resto de los hombres y la naturaleza, capacidad de innovación, etc. Desde la faceta puramente utilitarista de la educación, lo prioritario es la adecuación de la formación a las necesidades reales de la sociedad. El sistema educativo debe realimentarse constantemente para satisfacer las necesidades que a diario surgen en el mundo laboral. Ni la enseñanza media ni la universitaria deben ser fábricas de parados.

b) Transformación política. Se hace urgente racionalizar el modelo político actual suprimiendo o aligerando los gobiernos autonómicos y sus capacidades normativas y parlamentarias. La realidad es que, siendo un país pobre en recursos, España no puede permitirse el lujo de sostener una estructura política tan aberrante y reiterativa como la actual. Es imprescindible establecer un calendario para la retracción de competencias clave como la educación, la administración de justicia, policía, sanidad, etc.

c) Mejora del modelo de relaciones laborales con la vista puesta en la consecución del nivel de productividad que corresponde a la ubicación de la economía española en el espacio económico europeo y en un mercado global competitivo. Paralelamente, es necesario definir y propiciar nuevas formas de empresa en la que los trabajadores se sientan más vinculados al éxito de la misma, a través de su participación en la propiedad de los medios de producción.

d) Planificación energética a largo plazo. Por supuesto potenciando las energías que no impliquen dependencia estratégica de terceros. En particular resulta insólito que disponiendo de empresas españolas punteras en el campo de la energía nuclear, capaces de construir centrales de ese tipo en cualquier lugar del mundo, España haya renunciado disponer de energía barata, prácticamente inagotable, no contaminante y, lo que es más importante, independiente de suministros exteriores.

e) Planificación y desarrollo de infraestructuras “pesadas”, singularmente los ferrocarriles, puertos marítimos, trasvases de agua, sistemas avanzados de regadío, embalses, redes de telecomunicación, etc. Tanto los planes energéticos como los de desarrollo de infraestructuras pesadas, deben contemplar un horizonte mínimo de 30-40 años, de forma que, aunque su ejecución sea lógicamente revisable en periodos cortos (3/5 años) resulten estables en sus objetivos básicos, ya que su viabilidad no puede estar expuesta a los avatares de las políticas cambiantes de cada momento y requieren de un compromiso de estabilidad entre las fuerzas políticas.

f) Mercado interior único. La organización actual del estado de las autonomías ha fragmentado el mercado español haciéndolo inexistente en la práctica. Un fabricante de Madrid (por ejemplo) tiene, para el mismo producto, que caracterizarlo de acuerdo a las diferentes normativas existentes en las 17 comunidades autónomas, lo que de hecho significa un coste extra y una barrera de entrada en los mercados locales. Este problema viene agravado, además, por la casi imposible movilidad geográfica de los trabajadores hacia aquellas regiones en las que el idioma representa un hecho diferencial discriminatorio.

g) Además, es necesario fomentar la ejemplaridad en el desarrollo de la función política y administrativa, lo que lleva aparejadas limitaciones económicas por ley en el gasto de la administración, en los emolumentos de los políticos, la eliminación de las subvenciones a los partidos, sindicatos, asociaciones, etc. Se trata de que el administrado perciba que sus políticos son solidarios con la situación general de limitaciones y no escatiman en el esfuerzo.
Los planteamientos esbozados no son recetas mágicas para salir de la crisis de forma inminente, ni creo que nadie pueda hoy prometer nada que no implique sobriedad, esfuerzo y trabajo duro. Es más, si nuestros políticos nos aseguran, como vienen haciendo, que “todo se arreglará”, es mejor que los botemos cuanto antes (si, con b).

Está claro que lo que hay que hacer choca frontalmente con las políticas cortoplacistas de los partidos, empeñados en una lucha -que cada vez interesa a menos gente- centrada en conquistar y/o defender su permanencia en el poder. La actual coyuntura, por lo que tiene de grave deterioro del estado del bienestar, resulta propicia al desencanto y a la meditación, a la búsqueda, en definitiva, de nuevos modelos que sustituyan a los vigentes, percibidos por la población como cada vez más inviables.

A corto plazo y sin dejar de tener la vista puesta en los grandes temas esbozados, es imprescindible reconducir la oferta turística mediante la potenciación de sus sectores cultural y de interior, amparados ambos en nuestro enorme patrimonio artístico y cultural y nuestro soberbio medio natural. El objetivo en este ámbito debe ser la reactivación económica de nuestros pueblos y ciudades, contribuyendo al arraigo de su población.

Por lo que respecta al sector primario de la economía, básicamente la agricultura, la pesca y la industria de transformación, porque la minería prácticamente no existe en España (incluido el petróleo) y la industria pesada (con algunas excepciones) ya hace mucho que fue casi desmontada, son los sectores a reactivar para que vuelvan a tener algún protagonismo en la vida económica española. Paralelamente, puede y debe fomentarse la creación de tecnología propia (exportable) para la industria de transformación, así como las tecnologías de la información, el desarrollo de software y las telecomunicaciones.

En resumen, crisis significa oportunidad. Significa cruce de caminos. Punto en el que hay que pararse y reflexionar entre seguir el camino que sabemos nos lleva a un abismo cierto, o aquel otro, cuesta arriba, más duro, tal vez incierto porque está por hacer, pero que sospechamos nos remonta hacia nuevos horizontes. ¡Bienvenidos los tiempos difíciles! El progreso humano, tanto individual como colectivo está plagado de crisis superadas con éxito. La sociedad necesita también de estos tiempos difíciles, para depurar los modelos económicos y sociales obsoletos y sustituirlos por otros más justos, más racionales, basados en valores como el respeto al hombre, el esfuerzo, la solidaridad, el trabajo, la sobriedad, la protección de la naturaleza …

El ZPelele del gran Francisco de Goya

El ZPelele del gran Francisco de Goya