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Es más: agradezco tu opinión, siempre que la formules con el debido respeto. Aunque discrepes de mis ideas, sé que te preocupan los mismos problemas que me preocupan mí. Esos problemas que acechan a España y a los que entre todos hemos de encontrar solución, si queremos evitar que el barco se hunda.

Thyratrón de Argón

domingo, 29 de abril de 2007

Una de historia: el escudo de España


Puedes rescatar de esta dirección una presentación en powerpoint en la que se cuenta la historia de la bandera y escudo de nuestra nación. Para ello, pincha en el enlace y sigue las instrucciones picando en "free" y luego inserta la clave que se genera en la casilla "here". Finalmente, pulsa en "download from ..." y lo guardas en tu ordenador.

http://rapidshare.com/files/28624923/EscudodeEspa_a.ppt

¡NO es cierto todo lo que te han contado!

miércoles, 25 de abril de 2007

El gallego

De regreso de un corto viaje a Galicia, he puesto en orden una pequeña reflexión sobre el idioma que se habla por allí.

Sin afán de molestar a nadie, creo que el idioma gallego es un español mal hablado. Galicia ha sido hasta hace relativamente poco un territorio pobre de solemnidad cuyos naturales se han visto forzados por siglos a la emigración para ganarse honradamente la existencia. No lo han tenido fácil los gallegos durante muchas generaciones: una economía agraria en una tierra muy dividida; la dureza de la vida de los pescadores, arañando de la mar un fruto que solo tenía una salida local, como mucho el mercado de la capital más cercana (Orense, Lugo …) donde la pequeña burguesía podía permitírselo.

La pobreza se acompaña frecuentemente de un déficit cultural y ese ha sido durante siglos el caso gallego. No hace tantos años, digamos en las postrimerías del franquismo, hice mi primer viaje a la Galicia profunda. No hablamos de zonas turísticas ni de grandes poblaciones, no. Me refiero la Costa da Morte y las pequeñas aldeas solo accesibles entonces por caminos rurales sin asfaltar. Al llegar a cualquier pequeño pueblo, recuerdo ser objeto de escrutinio, entre desconfiado y curioso, de aquellas gentes, asombradas de que alguien fuera tan intrépido de acercarse por aquel camino por el que tanta gente se había ido para no volver jamás.

Una noche, cansado de andar, mis huesos hambrientos dieron en llegar a una minúscula aldea. Las luces de las casas apagadas contrastaban con un caserón del que salían a la vez recias voces ininteligibles y, por las rendijas de la puerta, desbordantes chorreones de luz. Era a la vez un colmado, donde se vendían todo tipo de productos de alimentación, tabaco, jabones, etc. y una especie de taberna en la que los lugareños, entre gritos, jugaban a las cartas mientras otros miraban y todos bebían. El chirrido de la puerta al abrirla fue el principio de un largo y espeso silencio, en el que sentí clavados sobre mi humilde persona decenas de pupilas escrutadoras.

Forcé la voz para dar aire de seguridad a un ¡Buenas noches! que fue contestado por una especie de múltiple rugido entre dientes. Poco a poco, según me acercaba a la barra, todo fue tornando a la bulliciosa normalidad preexistente. La barra era exageradamente alta, como si de forma deliberada se buscara que nadie de estatura normal pudiera apoyarse sobre ella. Me pareció que alguien gritaba: ¡Maruxa!. Al poco apareció una mujer vestida de negro con un delantal y un pañuelo gris a cuadros sobre la cabeza. No soy capaz de calcular qué edad tendría, desde luego no era joven, pero está claro que no era tan vieja como parecía. Se me quedó mirando y dijo algo que no entendí. Le pedí si tenía algo para cenar. Está claro que la mujer me entendió porque me llevó a la trastienda donde me hizo acomodar en una mesa. A partir de ahí mi situación comenzó a mejorar de forma acelerada. La mujer me trajo pan y vino. Le entendí que su hijo había cogido por la tarde unos pescados que, al poco, me trajo fritos. La mujer no hablaba el español y eso le producía una sensación de vergüenza que yo entendí inmediatamente. Por eso, cada vez que ella hablaba, yo movía la cabeza afirmativamente como si la hubiese entendido, aunque sospecho que su sagacidad le hizo comprender enseguida que nuestra comunicación era muy pobre.

La cena se completó con unos huevos fritos con patatas como no los había comido en mi vida. Auténticos, de corral. Estoy seguro que las gallinas de aquella señora tenían su propio nombre y, casi me atrevería a decir, que eran felices.

Todo lo que cuento en esta historia, lo tengo vívidamente grabado en mi memoria. Pero lo que no olvidaré nunca es la percepción de que aquella bondadosa mujer estaba realmente avergonzada de no saber hablar el español. Tan no lo hablaba, que puedo asegurar que hacía verdaderos esfuerzos por que le entendiera en una mezcla de gallego y español que, a buen seguro, no era lo que hablaba con sus vecinos de aldea.

Han pasado los años. Se han abierto nuevas vías de comunicación, los caminos de antaño son hoy autopistas. El teléfono, la radio, la televisión e incluso el internet, llegan hoy a todos los rincones del territorio nacional, por difícil que sea su orografía. La enseñanza es obligatoria y gratuita. Todos los niños van hoy a la escuela. En fin, se ha elevado el nivel cultural hasta cotas insospechadas.

Por el camino, algún político, que si hablaba español, sin ningún pudor, sin ninguna vergüenza, se dijo: “Es verdad que el gallego es un español mal hablado, pero es nuestro. ¡Potenciémoslo!¡Que todo ciudadano de Galicia hable gallego! Y mientras le tenemos ocupado en ello no se dedicará otra cosa.”

Y de este modo, ahora que hay cultura. Ahora que hay medios y maestros para que en cada rincón de Galicia se hable un perfecto español, con el que el natural de esa tierra puede entenderse perfectamente con cerca de 500 millones de seres humanos, ahora …

Ahora es el momento de invertir esfuerzos y dinero en hablar español mal hablado. Ahora aparecen los políticos locales, torturadores y caciques de aldea, preocupados en seguir viviendo a costa del humilde ciudadano, mientras le cortan las alas para que no pueda volar lejos, no vaya a ser que se les escape. Puff, “Dios que buen vasallo, si hubiera buen señor”

lunes, 16 de abril de 2007

Comentario a PSOE, ¿Fascismo Español?

Estimado D. Thyratrón de Argón:

He leído su articulo publicado el pasado domingo día 8 de Abril. Quiero manifestarle mi coincidencia con sus observaciones y comentarios.

Me agrada mucho que lleguen a sus manos documentos tan exactos, tan duros y tan claros, como los que han llegado. Los temas que Ud. toca están a mi juicio suficientemente estudiados y analizados desde diferentes puntos de vista tanto sociales, como políticos o económicos. De todas maneras cuanto más se aporte mejor.

Los comportamientos de los partidos se han observado generalmente desde el lado contrario, y así por el método de comparación el analista queda mucho mejor que el analizado.

Ha existido un mimetismo mundial a llamar fascista al que no se manifiesta políticamente como uno, desde hace ya bastante tiempo. Se considera el peor de los insultos y se ha utilizado hasta entre los miembros de las diferentes internacionales. Los anarquistas se lo llamaban a los socialistas, estos a los comunistas y entre estos, los rusos a los chinos.

Los socialistas de los años treinta creo que no eran fascistas, ni mucho menos. Eran simple y llanamente revolucionarios. Y dentro de ese carácter revolucionario estaba el acceso al poder por la lucha armada. Pero lo eran ellos y otros muchos más. Los partidos entonces se jerarquizaban, adoptaban formas externas como los uniformes y el saludo, y se manifestaban como milicias más o menos disciplinadas.

Puede Ud. estar seguro que los partidos de derecha tampoco eran muy democráticos. Debe entender que en aquella época se intento implantar un sistema democrático en un país con muy pocos demócratas. Y así las cosas el resultado fue el que fue. Pero a mi juicio se equivoca el autor de “No fue posible la paz”. Se equivoca porque a un movimiento de flujo no se pede responder con otro de reflujo. España necesitó entonces, al igual que ahora un movimiento fresco, alegre y desenfadado, sin lastres históricos, ni de compromisos espúreos con el presente. Es decir juvenil en edad, pensamiento y comportamiento.

Y aprovechando lo que Ud. afirma en su colofón, quiero decirle que efectivamente Socialismo nunca más. En eso estoy de acuerdo con Ud. pero no afirme tan categóricamente la enemistad del socialismo con la libertad y la democracia. Determinado miembros los del aparato, no son defensores de la libertad ni de la democracia.¿ Pero y los otros?. ¿ Qué pasa con los otros?.

Por otra parte como avanzar, como convivir y progresar en España sin contar con la mitad de los españoles, que no es ni más ni menos que el número de votantes de la izquierda.

Sí apareciese un movimiento que fuese como aquel al que me he referido, fresco, juvenil y sin compromisos históricos. Aglutinante de masas y capaz de sustraer estas a sus respectivos partidos. ¿ Qué le parecería a Ud.?. Un movimiento que tuviese como principio fundamento y destinatario de toda acción política social y económica al hombre. Pero a un hombre concebido como lo conciben la fe cristiana y la racionalidad occidental laica y con las normas y valores que en cierto modo todos los hombres conocen o intuyen. ¿ Qué me dice?.

Que se olviden los que partiendo de posiciones premeditadas y partidistas quieran resolver la situación actual de España. No lo van a conseguir. Están tuertos de uno de los dos ojos. A la verdad solo se sirve con la verdad. Y para saber donde está hay que abrir bien los dos ojos. Los dos.

Perdóneme D. Thyratrón de Argón que me haya extendido, pero me siento muy a gusto leyéndole y escribiéndole. Gracias por su acogida.

Reciba Ud. un saludo cordial.

Dardo del KDT

domingo, 8 de abril de 2007

PSOE ¿Fascismo Español?

Han llegado a mis manos documentos públicos, y publicados también, del partido socialista en tiempos de la malograda II República. Estamos hablando del año 34. Si, si, con su revolución de octubre y todo eso (algo parecido a lo que en toda buena fabada se denomina el compango). Es verdad que el ambiente en aquella época estaba para pocas bromas y que ya se barruntaba el conflicto civil de las dos Españas, o para ser más exacto de la España y de la antiEspaña (si creen que exagero, vean las fotos de la época con vivas a Rusia y mueras a España y después hablamos).

Tampoco estoy seguro que los partidos de derecha fueran muy democráticos en aquellos días, pero de lo que si estoy seguro es de que el PSOE de entonces no lo era. O sea, que hoy, en 2007, parece que de nuevo volvemos a las andadas, al camino conocido por el que el socialismo parece encontrarse más cómodo… y es que, como se suele decir, la cabra siempre tira al monte.

¡Está Ud. Loco D. Thyratrón!, me dirá el que haya leído hasta aquí. ¿Cómo puede afirmar que el PSOE no era un partido democrático que pensaba en cambiar la sociedad de acuerdo a su ideal socialista, usando los métodos de la convicción y la legítima persuasión democrática de los ciudadanos?

Pues no, no estoy loco y si, si que era un partido de corte fascistizante, que pretendía llegar al poder por los métodos que fueran, incluidos los violentos. O por mejor decir, utilizando con preferencia los métodos violentos. Mire, mire lo que decía uno de sus líderes de entonces.

“Hace tiempo que en nuestra estimativa no cuenta el actual Parlamento. En cambio cuenta, y de manera definitiva la calle …” (Cita en “el Socialista” del jueves 8 de Febrero de 1934 de las palabras de líder socialista “moderado” Indalecio Prieto). La cosa se entiende si se recuerda que en aquel momento gobernaba la coalición de derechas y que los socialistas estaban en minoría en el Parlamento. O sea, que si no tienes mayoría, el Parlamento no sirve para nada y lo que hay que hacer es ganar la calle… a tiros, que era como recomendaba el partido a sus juventudes:

“ … La única idea que hoy debe tener grabada el joven socialista en su cerebro es que el socialismo SOLAMENTE PUEDE IMPONERSE POR LA VIOLENCIA, y que aquel compañero que propugne lo contrario, que tenga TODAVÍA SUEÑOS DEMOCRÁTICOS, sea alto o bajo, no pasa de ser un traidor, consciente o inconsciente” Esta perlita está sacada de un collarcito de un total de diez perlitas por el estilo, que componen el “Decálogo del Joven Socialista”. ¡Joder con los demócratas!

Tengo otra del mismo documento, el Camino del joven socialista, el libro de estilo para la mesilla de noche, el Decálogo, en suma. Dice así:

“Y sobre todo esto armarse. Como sea, donde sea y con los procedimientos que sean. Armarse. Consigna: Armate tu. Al concluir, arma si puedes al vecino, mientras haces todo lo posible por desarmar a un enemigo”. Me pregunto ¿con demócratas así, para que hacían falta fascistas?. Uff, tuvo que ser muy duro no ser socialista en la malograda (sobre todo por los hunos de Largo/Prieto) II República.

Otra perlita más del mencionado “Decálogo del Joven Socialista”. Tranquilos, que no estamos (todavía) en aquella época. Se recomienda al joven socialista que:

“… ha de acostumbrarse a pensar que en los momentos revolucionarios, la democracia interna es un estorbo. El jefe superior debe ser ciegamente obedecido, como así mismo el jefe de cada grupo”.

O sea, que ni democracia externa (tiros al adversario) ni interna (palos al disidente). No nos extraña que sus ídolos fueran dos de los más grandes genocidas intelectuales y materiales que ha conocido la triste historia de la humanidad: Lenin y Stalin. A lo que se ve, por la planificación socialista para la España republicana, nuestro destino no iba a ser muy diferente del seguido por los países en los que se implantó, con esos métodos tan “democráticos”, el socialismo real.

A la vista de lo que hoy sabemos, después del clamoroso fracaso del socialismo, que ha costado millones de asesinados, desplazados y torturados, así como medio siglo de retraso económico y moral en la Unión Soviética, China y países satélites, casi podemos consolarnos con que en nuestra Patria, el problema se zanjara con tres años de guerra fratricida y la sangre de unos centenares de miles de españoles. ¡NUNCA MÁS! Tengámoslo claro, en estos momentos difíciles para nuestra sociedad. Estamos al borde, por el empeño de unos desalmados, de repetir nuestra triste historia reciente. El socialismo es enemigo de la democracia y de la libertad. El socialismo es enemigo de España. ¡Socialismo, nunca más!

El ZPelele del gran Francisco de Goya

El ZPelele del gran Francisco de Goya