Con la desaparición de los bloques, el comunismo ha pasado a ser una solución político-económica testimonial. Apenas unos pocos países en el mundo continúan su camino hacia el Paraíso comunista, encontrándose todos ellos en la fase de dictadura del proletariado, cuya salida se ha revelado históricamente imposible.
Revelada la supremacía económica del sistema de producción capitalista, los regímenes comunistas nacidos en Europa al amparo de la URSS después de la derrota militar de los fascismos en la 2ª Guerra Mundial, han sido literalmente borrados del mapa. Paralelamente, el proyecto político de construcción de la Unión Europea ha rebajado sus iniciales aspiraciones, resultando de hecho únicamente una unión monetaria y aduanera con libre circulación de mercancías, servicios, capitales y mano de obra. Es decir, la Europa de los mercaderes. Todo lo demás: La Comisión, el Parlamento Europeo, etc., no son sino costosos adornos que un conjunto de países ricos pueden permitirse. Con todo, hay que reconocer que ni siquiera se ha consolidado la obligatoriedad del Tratado de la Unión (Mastrich) y que algunos de los compromisos teóricamente obligatorios para pertenecer a este selecto club, como los relativos a la contención del déficit anual, la liberalización de los servicios prestados por las empresas estatales, etc., han sido obviados por los países principales (Alemania, Francia, Italia). Finalmente, el sonado fracaso del proyecto de constitución europea es una muestra clara de la falta de valores en la que vive el primer mundo.
Por lo que respecta al resto del mundo, EE.UU. ha quedado como árbitro único de la política mundial. Orbita a su alrededor de una colección de organismos internacionales inoperativos o con una finalidad poco clara (ONU, OTAN, G-10, OMC, FMI, etc.). Y mientras tanto, la situación a nivel de la Humanidad sigue estando marcada por muchos y graves problemas, cuya resolución ni siquiera ha comenzado a plantearse. Un análisis del escenario internacional pone de manifiesto:
- Una globalización de la economía, la política, etc., que deja inermes a los países subdesarrollados, frente al primer mundo
- Miseria, hambre y enfermedad en el tercer mundo, singularmente en África y países de centro y suramérica
- Guerras por doquier. Las más de las veces vinculadas a factores étnicos y religiosos, mezclados con la lucha por la propiedad y explotación de los recursos naturales, etc.
- Conflicto religioso entre el mundo musulmán y el occidente de origen cristiano
- Degradación ambiental (cambio climático, calentamiento global, agujero en la capa de ozono, desaparición de las grandes masas forestales, contaminación de las aguas, agotamiento de recursos pesqueros, etc.)
- Escalada armamentista y peligro generalizado de las armas de destrucción masiva (bombas termonucleares. armas químicas, etc.). El agravante es que tal armamento ha dejado de ser patrimonio de un reducido grupo de países, acabando ahora en manos de otros políticamente inestables, cuando no directamente a disposición de grupos terroristas
- Incorporación a la sociedad de consumo (o del derroche, según se mire) de grandes masas humanas procedentes de países en desarrollo, singularmente la población china.
- Aparición de líderes populistas en el tercer mundo, especialmente en el área iberoamericana, capaces de crear nuevos focos de conflicto e inestabilidad
- Una politización de la disponibilidad de recursos naturales (petróleo, minerales, agua, etc.)
- Proceso migratorio norte-sur generalizado (África hacia Europa, suramérica a norteamérica), causa frecuente de nuevas formas de conflicto, cultural, religioso, etc.